Te explicamos qué es la idolatría dentro y fuera del contexto religioso. Además, por qué es considerada un grave pecado según la Biblia.
¿Qué es la idolatría?
La idolatría es la adoración excesiva de objetos físicos, personas o ideas en un contexto religioso. El concepto viene de los términos griegos eidolon, “imagen” o “figura”, y latris, “devoto”. Se trata de la devoción que atribuye poderes sobrenaturales a objetos materiales como estatuas, amuletos o imágenes.
En muchas tradiciones, la idolatría se considera una desviación grave, especialmente en las doctrinas de las religiones monoteístas como el judaísmo, el cristianismo y el islam. En estos casos, el pecado reside en desviar la adoración de Dios hacia elementos terrenales creados por el ser humano.
Un ejemplo común de idolatría es la adoración a imágenes de santos, santuarios, reliquias o amuletos. Los devotos consideran que el objeto físico en sí tiene capacidades sobrenaturales que pueden afectar de manera directa a las personas. En algunos casos se resaltan los poderes curativos que puede tener una estatua de la Virgen María. En otros, el poder protector de los amuletos en contra de enfermedades o malestares. También se consideran idólatras algunos rituales de devoción a determinados santos o los cultos a san La Muerte.
- Ver además: Herejía
Características de la idolatría
Entre las principales características de la idolatría se pueden destacar:
- Adoración a objetos o imágenes. Implica reverenciar objetos materiales, ya sea una estatuilla, una pintura, una estampita, un amuleto o una reliquia religiosa, entre otros.
- Atribución de poderes sobrenaturales. Se cree que el objeto o la imagen adorada tiene la capacidad de afectar la vida de las personas devotas.
- Desviación del monoteísmo. Se desvía la devoción que debería dirigirse a Dios hacia elementos terrenales o creados por el ser humano.
- Creación de rituales. La adoración de un objeto o imagen puede estar acompañada de rituales, ceremonias y prácticas específicas destinadas a lograr la actuación del elemento idolatrado.
La idolatría para las religiones
Para las religiones monoteístas, la idolatría ocurre cuando se rinde culto religioso a cualquier cosa distinta del único dios. Incluso la prohibición de la idolatría es el segundo de los Diez Mandamientos que son parte del Antiguo Testamento de la Biblia (fundamentales en el cristianismo y el judaísmo), y dicha práctica también es condenada en el Corán (el libro sagrado del islam). En este sentido, cualquier culto pagano incurre en este tipo de pecado.
Sin embargo, la definición de qué práctica se considera o no como idolatría puede ser motivo de discrepancias. En muchas ocasiones, las diferentes iglesias dentro de una misma religión surgieron a partir de prácticas que fueron denunciadas como idolatría. Por ejemplo:
- Cristianismo. La Iglesia protestante del cristianismo rechaza la adoración de imágenes de santos y de Jesús, y mantiene sus iglesias sin este tipo de decorados. En cambio, la Iglesia católica los considera dignos de conmemorar como parte del poder divino.
- Islam. En algunas ramas del sufismo, los musulmanes visitan santuarios o tumbas de figuras religiosas, donde hacen actos de devoción (ofrendas y oraciones). Esta práctica es denunciada por algunos eruditos islámico ortodoxos como un desvío de la adoración a Dios.
- Judaísmo. Algunas comunidades judías que vivían durante la Edad Media en el califato de Córdoba (actual España) fueron influenciadas por la cultura musulmana e integraron algunas prácticas de adoración a imágenes religiosas. Esto fue denunciado por otras comunidades judías contemporáneas como una forma de idolatría.
Ejemplos bíblicos de idolatría
La cuestión de la idolatría es uno de los temas que se tratan en los libros sagrados de las diferentes religiones.
Un ejemplo canónico de idolatría está referido en la Biblia, en el episodio en que Moisés asciende al monte Sinaí (Éxodo 32:4) a recibir los Diez Mandamientos de Dios. Durante su ausencia, el pueblo israelita funde todo el oro que consigue para erigir la estatua de un becerro y proceden a adorarla como si de Dios mismo se tratase. Al descender del Sinaí, el profeta Moisés se enfurece y destruye la efigie hasta hacerla polvo. Como castigo, fuerza a los israelitas a beber en agua el polvo de oro del becerro.
Otro ejemplo importante de idolatría en la historia del judaísmo es el episodio de la adoración de ídolos durante el período del Primer Templo en Jerusalén. Durante esta etapa, hubo varias ocasiones en las que el pueblo judío se desvió de la adoración del Dios único hacia la adoración de ídolos y dioses paganos.
Según el relato bíblico del Segundo Libro de los Reyes, Manasés erigió ídolos dentro del Templo de Jerusalén, e incluso colocó una imagen de Aserá (una deidad femenina cananea) en el mismo recinto. Esta idolatría fue vista como una grave violación de la alianza entre Dios y su pueblo, y se considera uno de los factores que llevaron a la destrucción del Primer Templo y al exilio babilónico.
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Referencias
- Ellwood, R. R. y Alles, G. D. (Eds.). (2007). Images, Icons, Idols in Religion. The Encyclopedia of World Religions. Facts on File.
- Halbertal, M. y Margalit, A. (1998). Introduction. Idolatry. Harvard University Press.
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2024). Idolatry. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
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