Te explicamos qué es ser proactivo, sus ventajas y consejos para ser más proactivos. Además, cómo son las personas reactivas y proactivas.
¿Qué es ser proactivo?
Cuando hablamos de proactividad, o decimos que alguien es proactivo, estamos refiriéndonos a un tipo de comportamiento de tipo anticipatorio, que no requiere de un estímulo externo para iniciar una acción o emprender un cambio. El comportamiento proactivo es todo lo opuesto al comportamiento reactivo, el cual se limita a reaccionar ante un estímulo proveniente del afuera.
Las personas proactivas son aquellas que proponen, que emprenden y se anticipan, o sea, que poseen una postura activa frente a las cosas y las situaciones. Una persona proactiva no necesita esperar a que le den indicaciones, sino que propone y plantea cursos de acción. En otras palabras, una actitud proactiva es aquella que posee la iniciativa y que está lista para emprender el cambio o la acción.
Este sentido se halla inscrito en el origen mismo de la palabra, que se remonta al latín y a la unión de las voces pro- (“antes” o “hacia adelante”) y agere (“realizar”, “actuar”). Así, la proactividad podría definirse como la capacidad de actuar antes de tiempo, la propensión a realizar las cosas antes de que se haga necesario.
Por ejemplo, ante un problema en la cadena de producción, un trabajador reactivo se detendrá y esperará a que los jefes decidan qué hacer, mientras que uno proactivo se fijará en qué cosas están en sus manos para solucionar el problema o al menos minimizar sus consecuencias negativas.
En general, las actitudes proactivas son bien valoradas en el campo laboral y se consideran una virtud deseable en las personas. Esto se debe a que una persona proactiva será más propensa a lidiar de manera activa con los problemas que surjan, es decir, a buscarles una solución y tomar decisiones independientes, que una persona pasiva que simplemente aguardará por instrucciones.
Sin embargo, es importante destacar que nadie resulta 100% proactivo en todas las dimensiones de la vida, sino que se puede serlo en algunos contextos y en otros no.
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Personas proactivas y reactivas
Como dijimos antes, la diferencia fundamental entre una persona proactiva y una persona reactiva está definida en base a su actitud frente a las cosas: una persona proactiva posee la iniciativa, emprende la acción, mientras que una persona reactiva opera en base a reacciones: requiere de un estímulo externo para poder actuar.
Esto, a su vez, puede implicar determinados factores de la personalidad, como pueden ser:
- Las personas proactivas tienden a ser más espontáneas y extrovertidas, mientras que las reactivas se refugian en la pasividad, la introversión y a menudo la hostilidad.
- Las personas proactivas inspiran a otros y pueden ocupar posiciones de liderazgo con soltura, ya que son capaces de tomar decisiones en el momento. Las reactivas, en cambio, se sienten más cómodas siguiendo a un líder.
- Las personas proactivas, sin embargo, tienden a la improvisación y la toma rápida de decisiones, mientras que las personas reactivas tienden a rumiar las decisiones, a menudo a posponerlas, y finalmente dejar que las cosas ocurran por sí mismas o que alguien más tome la decisión.
Ventajas de ser proactivo
La proactividad tiende a ser una postura más grata y con mayores recompensas en diversos ámbitos que la reactividad. Esto se debe a que:
- Nos permite tomar decisiones críticas y prevenir situaciones que nos puedan poner entre la espada y la pared.
- Nos predispone al aprendizaje práctico, ya que al hacer cosas, incluso si nos equivocamos, aprendemos más y más rápido que simplemente esperando a que alguien nos diga qué hacer.
- Mejora nuestra gestión del tiempo, alejándonos de la procrastinación y de la rumiación de las decisiones.
- Hace que los demás valoren o al menos noten nuestro esfuerzo.
Consejos para ser más proactivo
¿Es posible educarnos a nosotros mismos para tener una actitud más proactiva ante las cosas? Sin duda, pero ello exige un cambio en la manera tradicional de pensar. Para ello conviene fijarse en las siguientes recomendaciones:
- Pensar en soluciones, no en culpables. Las personas reactivas tienden a estancarse en la atribución de responsabilidades, y a refugiarse en la pasividad. La proactividad, en cambio, le da la prioridad a la solución de los problemas y deja para después el castigo y la recompensa.
- Sé sincero contigo mismo. Al contrario de lo que se piensa, la procrastinación no es un asunto de manejo del tiempo, sino de las emociones: nos distraemos como una forma de interrumpir una actividad que nos genera malestar. En ese sentido, es preferible sincerarnos respecto de lo que sentimos y enfrentar las cosas que hay que hacer con el espíritu de compromiso necesario para hacerlo rápido y bien, y no demorarlo y hacerlo de mala gana.
- Intenta ser pragmático. La proactividad se la lleva mejor con lo útil, lo inmediato y lo estratégico, así que es mejor dejar las teorizaciones y reflexiones para después, cuando no haya que tomar decisiones en caliente. A la hora de decidir, intenta mantener los pies sobre la tierra.
- Deshazte de la ley del mínimo esfuerzo. Si inviertes en una tarea lo mínimo que puedes dar, la tarea avanzará lentamente y nunca verás sus resultados. En cambio, un mayor rango de compromiso te hará avanzar con mejor paso y te permitirá prevenir problemas futuros que, de haber dado lo mínimo posible, no habrías podido anticipar.
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Referencias
- “Proactividad” en Wikipedia.
- “Proactivo, va” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
- “Radicación de la palabra Proactivo” en el Diccionario Etimológico Castellano En Línea.
- “Qué es la proactividad y cómo fomentarla” (video) en Más y Mejor.
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