Ontología

Te explicamos qué es la ontología, su origen y qué son los problemas ontológicos. Además, su sentido en informática y comunicación.

ontologia
La ontología busca responder a las preguntas fundamentales de la existencia humana.

¿Qué es la ontología?

La ontología es una rama de la filosofía que estudia al ser. Esto significa que su campo de estudio abarca al ser entendido como el elemento común a todo lo que existe. ¿Qué queremos decir cuando afirmamos que algo “es”?

También llamada metafísica general, la ontología busca dar respuesta a inquietudes que van más allá de lo alcanzable en el mundo natural. Desde la pregunta por el sentido del ser a la posibilidad de existir de diversas maneras, los objetos de estudio de la ontología a menudo la colocan a la par de otras disciplinas tales como la metafísica (de ahí la confusión entre una y otra) o la teología.

Más allá de la posible confusión, la ontología versa acerca de distintas categorías que permiten clasificar los grados de ser. Las principales categorías bajo las que se puede pensar al ser son:

  • Substancias
  • Propiedades
  • Relaciones
  • Estados
  • Eventos

A su vez, y según qué postura se adopte, se suele vincular estas categorías con distintos conceptos ontológicos, como el problema de la universalidad, la necesidad y la posibilidad, entre otros.

Ver también: Disciplinas filosóficas

Etimología y origen de la ontología

El término “ontología” viene del griego tou ontos logos (τοῦ οντος y λόγος), que significa “estudio del ente” o “estudio de lo que existe”. De su origen etimológico se deriva su campo de estudio, es decir: el ser como característica común a todo lo que existe.

La confusión con la metafísica se da porque Aristóteles llamó ontología a la filosofía primera, que la tradición entendió como metafísica. A pesar de que en su principio la metafísica estudió al ser en general, la ontología sufrió varias transformaciones que le permitieron desarrollar su propio objeto de estudio.

Christian Wolff, filósofo racionalista alemán del siglo XII, fue el primero en introducir el término. Para Wolff era lo mismo hablar de ontología, metafísica general o filosofía primera. Immanuel Kant , lector de Wolff, sostuvo que la metafísica como ontología era la ciencia del conocimiento sintético a priori de las cosas. Esto significó que la metafísica debía trabajar con los principios del entendimiento que hicieran posible el conocimiento de las cosas. Esta concepción trasladó el estudio de las cosas al interior del espíritu o la razón.

El movimiento realizado por Kant supuso la desaparición de la metafísica como ciencia y, con ella, de la ontología misma. Sin embargo, a principios del siglo XX Edmund Husserl recuperó el término para hablar de “ontologías regionales”. Estas consisten en la descripción de la esencia de distintas regiones o ámbitos del ser: la sociedad, la naturaleza, la moral.

Martin Heidegger, por su parte, se apoyó en las preguntas kantianas para hablar de una ontología en apoyo de la metafísica. Ello significó considerar a la ontología como una ciencia sobre el ser del hombre o Dasein (literalmente, en alemán, “ser-ahí”). El trabajo de la ontología pasó a ser intentar responder por el sentido del ser. Heidegger afirmó que la finalidad de la ontología era la interpretación del ser en un sentido específico: el ser-ahí, el ser temporalmente, el ser como tal.

Más allá de Heidegger, el siglo XX vio, con el surgimiento y auge de la filosofía analítica, un descreimiento hacia la ontología como ciencia seria. Las únicas preguntas que interesaron a los filósofos analíticos apuntaron a plantear qué tipo de entidades eran los referentes de las palabras usadas en un enunciado, y algunas inquietudes más en torno a qué es un significado, tal como lo trabajó W. V. O. Quine.

Problemas ontológicos

Los “problemas ontológicos” son situaciones conceptuales que suponen un reto para la ontología, es decir, para las cuestiones que son difíciles de responder a partir de nuestra visión tradicional de lo que significa ser o lo que significa la esencia. Muchos filósofos se han ocupado de los problemas que surgen al intentar dar con una definición del ser y de la esencia, y se han visto obligados a enfrentarlos a través de la creatividad y de la lógica.

En todo caso, el problema ontológico per se es fundamentalmente la pregunta por el ser. ¿Qué es el ser? ¿Qué es lo que hay? ¿Qué queremos decir cuando decimos que algo es?

Al mismo tiempo, existen problemas ontológicos particulares, de los cuales se ocupa no solo la ontología, sino otras disciplinas como la psicología y la epistemología. Algunos de estos problemas son:

  • Los universales y los particulares. El problema de los particulares y los universales refiere a cómo puede haber características generales que pueden ser ejemplificadas por varios particulares. Por ejemplo, el color rojo como universal está en simultáneo en el tomate y la frutilla como particulares. Un realista dirá que el universal «rojo» existe, independientemente al particular, mientras que un nominalista dirá lo contrario.
  • Las entidades abstractas. El problema de las entidades abstractas afirma que existen dos tipos de objetos: los concretos y las entidades abstractas. Sin embargo, ¿dónde está la línea que separa la realidad abstracta de la concreta? ¿En qué momento un objeto pasa a ser de uno u otro tipo?
  • La identidad. El problema de la identidad refiere a la persistencia: ¿en qué sentido podemos afirmar que dos objetos en distintos momentos son numéricamente el mismo? A esto se le llama “identidad diacrónica” y va en contra de lo afirmado por Heráclito: es imposible entrar al mismo río dos veces.
  • Dualismo mente-cuerpo. El problema mente-cuerpo intenta responder o explicar la relación entre la mente (o el alma) y la materia. ¿Son la misma entidad? ¿Se los puede separar o se los debe considerar como entrelazados? Descartes, por ejemplo, habló de un dualismo para explicar la distinción entre la esfera material y la mental. Otras respuestas posibles son, por ejemplo, la del monismo, que sostiene que existe una sola realidad unificadora para todo lo que hay.
  • El dilema de los agujeros. El problema de los agujeros es un ejemplo de aquellos problemas ontológicos que lindan con el lenguaje. Al ser un agujero un vacío en la materia, ¿de qué están hechos los agujeros? ¿Cómo pueden percibirse, si están compuestos de “nada”? ¿Cómo es posible que hablemos de ellos como si fueran, entonces, objetos comunes?

Algunos ontólogos reconocidos

Por su cercanía con la metafísica, es difícil definir a un filósofo como ontólogo en sí. Sin embargo, muchos pensadores a lo largo de la filosofía se dedicaron a resolver o plantear problemas ontológicos, por un lado, y la pregunta por el ser, por el otro.

Algunos de ellos son:

  • Parménides (530-460 a. C.)
  • Heráclito (540-480 a. C.)
  • Aristóteles (384-322 a. C.)
  • Tomás de Aquino (1225-1274)
  • Avicena (980-1037)
  • Gottfried Leibniz (1646-1716)
  • Baruch Spinoza (1632-1677)
  • René Descartes (1596-1650)
  • Immanuel Kant (1724-1804)
  • Edmund Husserl (1859-1938)
  • Martin Heidegger (1889-1976)
  • Gilles Deleuze (1925-1995)
  • Rudolf Carnap (1891-1970)
  • Paul Sartre (1905-1980)
  • V. O. Quine (1908-2000)

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Referencias

¿Cómo citar?

"Ontología". Autor: Juan Pablo Segundo Espínola. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/ontologia/. Última edición: 29 de agosto de 2022. Consultado: 09 de diciembre de 2023

Sobre el autor

Última edición: 29 agosto, 2022
Licenciado en Filosofía (Universidad de Buenos Aires)

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