Te explicamos qué es una nebulosa, qué tipos existen y sus características. Además, qué es la nebulosa de Orión.
¿Qué es una nebulosa?
Las nebulosas son concentraciones de gas y de polvo estelar de aspecto similar a una nube, de colores llamativos. Son importantes para el universo debido a que dentro de algunas de ellas se forman las estrellas (como consecuencia de fenómenos de condensación y agregación de la materia). En otros casos, solo contienen restos de estrellas extintas.
Las nebulosas se pueden encontrar en cualquier parte del espacio interestelar. En nuestra galaxia (la Vía Láctea), las nebulosas se encuentran a grandes distancias de la Tierra, que se miden en años luz.
Sin embargo, es posible contar con imágenes detalladas en las que se aprecia su majestuosidad, gracias a los científicos que operan con instrumentos complejos y sensibles, como el telescopio espacial Hubble.
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Tipo de nebulosas
Las nebulosas presentan diferentes formas y tamaños, y se dividen en cuatro tipos:
- Las nebulosas de reflexión. Son aquellas que reflejan la luz de las estrellas cercanas (estrellas que no emiten suficiente radiación). Presentan colores en tonos azulados debido a la forma en que la luz es dispersada por las partículas de polvo de la nebulosa. Por ejemplo, la nebulosa “Pléyades” (o también llamada “siete hermanas”).
- Las nebulosas de emisión. Son las más comunes, aquellas que emiten luz propia debido a la alteración de los átomos de hidrógeno que reciben la radiación ultravioleta de las estrellas. Por ejemplo, la nebulosa “Omega”.
- Las nebulosas de absorción. También llamadas “nebulosas oscuras”, no son visibles de manera directa. Son aquellas que no emiten luz y que ocultan a las estrellas que contienen. El primer astrónomo en descubrir este tipo de nebulosas fue el alemán William Herschel. Por ejemplo, la nebulosa “cabeza de caballo”.
- Las nebulosas planetarias. Son aquellas que emiten la luz de las estrellas que contienen, luego de que éstas expelen sus capas más externas de gas (su última etapa de vida). Este tipo de nebulosa tiene forma de anillo o burbuja. Por ejemplo, la nebulosa de la “Hélice”.
Características de las nebulosas
Las nebulosas están compuestas por gas (predominan el hidrógeno y el helio) y polvo. Alcanzan un diámetro de cientos de años luz de longitud. Se forman con la explosión de las supernovas, es decir que son la consecuencia de la última etapa de vida de las estrellas.
Cuando una estrella no tiene más combustible para quemar (los gases), su núcleo comienza a colapsar bajo su propio peso y eso genera una expulsión abrupta de la capa externa que se expande hacia el espacio, lo que da lugar a formas variadas y llamativas: las nebulosas.
Por ejemplo, el destino del Sol es convertirse en nebulosa de tipo “planetaria” y terminar sus días como una “enana blanca”. Dentro de unos cinco mil millones de años, el Sol agotará su reserva de hidrógeno y se convertirá en una estrella roja gigante, que se expandirá más allá de la órbita de la Tierra.
Cientos de millones de años después, emanará la mitad de su masa hacia el espacio exterior, por lo que se verá (desde sistemas estelares lejanos) como una gran nebulosa planetaria, en donde antes existía el Sistema Solar.
Otra característica muy significativa e interesante es que algunas de las nebulosas pueden dar origen a estrellas y sistemas planetarios. Las estrellas se forman a partir del gas y del polvo que se encuentra en algunas nebulosas, como “pilares de la creación” y “nebulosa del águila”.
Allí, el gas y el polvo se acumulan debido a su propio efecto gravitacional (es decir, que las nebulosas realizan un proceso en el que se encogen). Se produce una fragmentación de la materia en grupos más pequeños y cada uno de ellos puede calentarse hasta iniciar una reacción nuclear que se convierta en una nueva estrella.
El resto de la materia que no logra convertirse en estrella, forma parte del material que dará origen a un planeta o a otros objetos del Sistema Solar.
Además de las nebulosas, existen grupos de antiguas estrellas (de las más antiguas del universo) denominadas “cúmulos globulares”, que orbitan alrededor del núcleo galáctico (el centro de rotación de nuestra galaxia).
Estos cúmulos están atraídos entre sí por la fuerza de gravedad, por lo que conforman regiones esféricas. De allí el origen de su nombre, del latín globulus que significa “esfera pequeña”. Por eso podemos encontrar estrellas o grupos de estrellas entre las nebulosas o en diferentes espacios de las galaxias.
Nebulosa de Orión
La nebulosa de Orión, también conocida como Messier 42 o M42, es una de las más brillantes y puede observarse en el cielo nocturno (a pesar de que se encuentra a unos mil cuatrocientos años luz de la Tierra). Fue descubierta por el francés Nicholas Peiresc en 1610.
Se ubica al sur del cinturón de Orión y está conformada por cientos de estrellas recién nacidas y un grupo de estrellas jóvenes, llamado Trapecio, que tienen dos millones de años aproximadamente.
Su aspecto presenta colores variados: rojizos (consecuencia de la radiación de la emisión electromagnética del hidrógeno), azulados con tintes violetas (consecuencia del reflejo de las estrellas de tipo espectral que se encuentran en el centro de la nebulosa) y verdosos (consecuencia de la transición de unos electrones sobre los átomos de oxígeno).
Sigue en: Nebulosa de Orión
Referencias
- «Las nebulosas más espectaculares del universo» en MuyInteresante.es
- «Las nebulosas planetarias» en Blog.nuestroclima.com
- «Las nebulosas» en Astrobitacora.com
- «Supernova» en Wikipedia.org
- «Nebulosa Orión» en NationalGeographic.com.es
- «Nacimiento de una estrella» en ESA.int
- «El polvo gas y las estrellas en la nebulosa de Orión» en Observatorio.info
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