Esencia

Te explicamos qué es la esencia en filosofía y las diferentes formas de comprenderla. Además, su relación con la existencia.

esencia
El término esencia es un concepto central en la tradición del pensamiento filosófico.

¿Qué es la esencia?

La palabra esencia es un término polisémico que designa aquello por lo que una cosa es. Hablar de la esencia de algo es hablar de lo que es de manera fija, invariable y fundamental. También se utiliza este término para nombrar la propiedad o el conjunto de propiedades que hacen al ser de una cosa.

Desde la Antigüedad, distintos filósofos intentaron definir qué se quiere decir cuando se habla de la esencia de algo. Ya Aristóteles, en Metafísica, afirmaba la polisemia del término (es decir, sus distintos significados), sobre todo en relación a la palabra “ser”.

Esencia viene del latín essentia, homólogo del griego ousía. De la multivocidad de todos estos términos se desprende la confusión y dificultad que giran en torno a la familia semántica de la palabra esencia.

Más allá de la dificultad para definir qué es la esencia (dificultad que, por su parte, es expresión directa del problema mismo), se acepta de manera general que cuando se habla de la esencia de algo se habla de lo que es en sentido profundo y originario. La esencia de una cosa indica lo que esa cosa es por debajo de todo lo que se pueda decir de ella.

Ver además: Pensamiento filosófico

Etimología y origen del concepto

La palabra esencia viene del latín essentia. Este es el abstracto de essens, participio presente del verbo esse, “ser”. Del paralelismo entre los términos en latín y griego es que se desprende la historia del concepto en cuestión, empezando por Aristóteles y terminando en la Modernidad.

Esencia según Aristóteles

De la homologación entre essentia y ousía se desprende la idea de que esencia es la traducción de ousía. Esto no es del todo correcto. Como término técnico, ousía fue utilizado por primera vez por Aristóteles para designar la sustancia (o substancia) de algo. En términos estrictos, la palabra latina essentia traduce al término griego upokeimenon (ύποκείενον), que es lo que “está por debajo de” o lo que “es soporte de” accidentes (que son aquellas características accesorias de las cosas).

Esta confusión se da porque para Aristóteles la sustancia (ουσία) es el upokeimenon, que se tradujo por “subyacente”, primero, y “sujeto”, después. Estrictamente, para Aristóteles la esencia es “lo que” es la sustancia (to ti en einai). La palabra latina que designa esto es quidditas (en español “quididad”), popularizada durante el siglo XIII por Tomás de Aquino, traductor de Aristóteles, en Del ente y de la esencia.

Sin embargo, vale aclarar que, más allá de sus dificultades técnicas y precisiones, decir que la esencia de algo es su ousía puede aceptarse. La ousía como sustancia primera es lo que permanece idéntico a sí mismo a través de todos los cambios. Solo basta poner el acento en cómo o qué es algo para decidir a qué sentido de esencia nos estamos refiriendo.

Esencia en la Edad Media temprana

Durante la Edad Media convivieron distintas ideas respecto a qué era la esencia.

Al utilizar el término essentia, por ejemplo, Agustín de Hipona se refirió a aquello que se dice que es el ser. De esta manera unificó a la esencia con el ser y pudo identificar a Dios como esencia primera y ser supremo: ser que es.

También Boecio, al intentar recuperar a Aristóteles, consideró a la esencia como forma y naturaleza. Que fuera forma implicaba que se pudiera definir. Por su parte, que fuera naturaleza (o natura) indicaba que la esencia era el principio causal de toda creación.

Esencia en la escolástica

Fueron los escolásticos quienes trataron con mayor detalle el problema de la esencia. Consideraron que se podía hablar de esencia en tres sentidos: respecto a la cosa, al concepto de la cosa y al sí misma de la cosa según su forma. Esto reintrodujo en Occidente el problema de la esencia y la existencia.

Para Avicena, por ejemplo, la existencia remite a una esencia posible por sobre una necesaria. Anselmo de Canterbury afirmó que, por ejemplo, en el caso de Dios, la esencia incluía a la existencia. Averroes, por su parte, no veía ninguna distinción entre esencia y existencia.

Tomás de Aquino fue el primero en utilizar el término quidditas como sinónimo de esencia. La quidditas es la esencia derivada de la definición de las cosas. Responde a la pregunta “¿qué es?”. Algunos escolásticos posteriores a Tomás de Aquino, sin embargo, creyeron que había algunos errores en utilizar quidditas como sinónimo de esencia en sentido de ousía, y encontraban en la palabra haecceidad (“lo que hace al individuo ser sí mismo) una acepción más precisa.

Esencia en la Edad Moderna y pensamiento contemporáneo

Con el paso a la Edad Moderna el problema de la esencia adquirió otros sentidos. Se empezó a distinguir entre la esencia “nominal”, que es la expresión que predica algo de algo, y la esencia “real”, que es la realidad intrínseca de la cosa.

Un ejemplo paradigmático de la complejidad del problema resultó la obra del filósofo alemán Immanuel Kant. En Crítica de la razón pura (1776) sostuvo que había que hacer una distinción entre el noúmeno (lo que la cosa es en sí, de carácter incognoscible) y el fenómeno (lo que se manifiesta a través de la percepción). Esto supuso un cuestionamiento al intento por acceder a la esencia como ousía de las cosas.

El trabajo de Husserl, filósofo contemporáneo de principios del siglo XX, evidenció a la esencia como una unidad ideal de significación. Esto significó una vuelta a la idea de la esencia como intemporal y a priori, ya que no la consideró como un hecho sino como la idea o forma de algo.

Esencia y existencialismo

La pregunta por la esencia y la existencia tiene una larga historia. Sin embargo, uno de los debates más importantes de los últimos años es el librado por el movimiento existencialista a mediados del siglo XX.

Para los existencialistas, la existencia es el aspecto fundamental del ser humano, y no la esencia. Esto pone el acento no en qué es el ser humano sino en cómo se dan sus vivencias. De aquí se desprende la famosa frase de Jean-Paul Sartre, “la existencia precede a la esencia”.

La elección entre la esencia y la existencia aún sigue siendo materia de debate para los pensadores y filósofos que buscan crear nuevas categorías que permitan pensar de un modo útil y novedoso.

Más en: Existencialismo

Referencias

  • Zubiri, X. (1963). Sobre la esencia. Madrid: Sociedad de estudios y publicaciones.
  • De Aquino, T., & De Vío, T. (1974). El ente y la esencia. EBVC (Ediciones de la biblioteca de la Universidad Central de Venezuela).
  • Aristóteles, & Yebra, V. G. (1970). Metafísica. Gredos.
  • Sanz, V. (1986). La doctrina escolástica del» esse essentiae» y el principio de razón suficiente del racionalismo.
  • Beuchot, M. (1986). La distinción entre esencia y existencia en los escolásticos anteriores a Tomás de Aquino. Revista de Filosofia, 19(55), 71-87.
  • “Esencia” en Wikipedia.
  • “Esencia” en el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española.
  • “Esencia” en Filosofía.org.
  • “Esencia” en Glosario de Filosofía.
  • “Etimología de Esencia” en Etimologías de Chile.net.
  • “Essential vs. Accidental Properties” en The Stanford Encyclopedia of Philosophy.

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Espínola, Juan Pablo (24 de octubre de 2024). Esencia. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 18 de noviembre de 2024 de https://concepto.de/esencia/.

Sobre el autor

Última edición: 24 de octubre de 2024
Licenciado en Filosofía (Universidad de Buenos Aires)

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