Memento mori

Te explicamos qué significa memento mori y en qué tipos de obra de arte se utilizaba en la Edad Media. Además, otras frases famosas en latín.

Un fresco medieval muestra la Danza Macabra y El Triunfo de la Muerte.
El arte fúnebre medieval incluía la frase memento mori y terminó adquiriendo ese nombre.

¿Qué significa memento mori?

Memento mori es una frase o locución latina que se traduce al español como “recuerda que morirás” o “recuerda que eres mortal”, y cuyo origen histórico es incierto. Se piensa que fue utilizada en la Antigua Roma para recordarles a los generales romanos victoriosos que no eran más que humanos, e impedirles así incurrir en la soberbia. Sin embargo, en los escritos del padre de la Iglesia Tertuliano (c. 160-c.220), se afirma que la frase en cuestión era “Respice post te! Hominem te esse memento!” (“¡Mira tras de ti! ¡Recuerda que eres [apenas] un hombre!”).

Sea cual sea su origen, esta frase se utilizó ampliamente en el Medioevo cristiano, como un recordatorio de la fugacidad de la vida, en estatuas, obras de arte y objetos que representaban la muerte, especialmente en sepulcros y cementerios, junto con las frases Hora fugit (“La hora corre”) o Tempus fugit (“El tiempo vuela”). De hecho, entre 1300 y 1600, el arte fúnebre en Europa produjo cuatro arquetipos principales de memento mori o monumento a la muerte:

  • La danza de la muerte, que mostraba a un conjunto de personas bailando con un esqueleto o al son de la música de un esqueleto, y que comparaba la brevedad de la vida con una pieza de baile. Utilizaba el esqueleto para mostrar que el fin de la vida es siempre el mismo: la muerte.
  • La victoria de la muerte, que mostraba a un esqueleto o a una figura encapuchada empuñando diferentes armas sobre la figura derrotada de un guerrero humano, o bien a un esqueleto conduciendo un carro de guerra romano tirado por animales. En ambos casos, se buscaba representar la victoria final de la muerte sobre todos los seres humanos sin importar lo fuertes o importantes que sean.
  • Los monumentos dobles, propios de monumentos fúnebres de la nobleza, que mostraban en el plano superior a la figura del difunto con sus vestimenta y atavíos reales, mientras que en la parte inferior mostraban el cuerpo en descomposición, haciendo alusión al carácter igualitario de la muerte, que alcanza por igual a nobles y a plebeyos.
  • El encuentro de los tres vivos y los tres muertos, tema recurrente en el arte medieval y presente en la mayoría de los Libros de las horas, en donde servían de ilustración a distintos rezos por el alma de los difuntos. Se trata de tres cazadores muy bien vestidos que salen de cacería y se encuentran o son atacados por tres cadáveres. Se interpreta como una alusión a la imposibilidad de escapar de la muerte: cada cazador consigue inevitablemente la suya.

Estas representaciones artísticas eran acompañadas en general por la inscripción memento mori, y fueron tan comunes que adquirieron en conjunto ese mismo nombre. A esta inscripción también se la puede encontrar en libros de rezos y educación religiosa, y en la actualidad se ha convertido en un motivo popular de tatuajes, grafitis y títulos de obras literarias o cinematográficas.

Sin embargo, su interpretación actual difiere de la que le dieron originalmente los romanos y los sacerdotes cristianos: se suele interpretar como un recordatorio de que cada momento debe vivirse al máximo o de que los placeres de la vida no deben resistirse, pues la existencia es corta y la muerte segura.

Ver además: Día de muertos

Otras frases latinas conocidas

Otras frases de origen latino que son populares en la actualidad son las siguientes:

  • Alea iacta est (“la suerte está echada”). Se trata de un verso de Menandro que se le atribuye al líder romano Julio César, cuando en la Galia ordenó a sus tropas cruzar el río Rubicón. Se utiliza cuando se toma una decisión arriesgada y sin retorno ni arrepentimiento, de un modo similar a “que sea lo que Dios quiera”.
  • Amor omnia vincit (“el amor todo lo supera”). Se trata de un verso de la Égloga X de las Bucólicas, un conjunto de poemas pastoriles del poeta romano Virgilio. Se interpreta como que el amor todo lo puede, sin importar las circunstancias, ya que es una fuerza insuperable.
  • Carpe diem quam minimum credula postero (“aprovecha el día confiando lo menos posible en el mañana”). Se trata de un verso del poeta romano Horacio, a menudo abreviado en “carpe diem”. Es más o menos equivalente a “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, o sea, un recordatorio de que el tiempo presente es lo único que se encuentra bajo nuestro control.
  • Orandum est ut sit mens sana in corpore sano (“Oremos por una mente sana en un cuerpo sano”). Se trata de una cita de las Sátiras del poeta cómico romano Juvenal, a menudo abreviada en “mens sana in corpore sano”. Aunque en la Antigua Roma era tenida por una frase jocosa, hoy en día sobrevive como lema de muchos clubes de gimnasia y deporte, y se interpreta como un llamado a equilibrar la fortaleza de la mente y las emociones, con la del cuerpo.
  • Errare humanum est, sed perseverare diabolicum (“es de humanos equivocarse, pero diabólico insistir en el error”). A menudo abreviada en su primera parte (“errare humanum est”), esta frase se le atribuye a Séneca el Joven, pero no figura en ninguna de sus obras, por lo que también se piensa que podría ser una mala traducción de las Controversias de Séneca el Viejo, o incluso de las Filípicas de Cicerón, en donde hay oraciones similares. Se interpreta como que todo el mundo es falible, capaz de equivocarse, pero que es muy tonto insistir en un error que ya se cometió.
  • Primum non nocere (“lo primero es no lastimar”). Frase empleada en ámbitos médicos y terapéuticos desde el siglo XIX, pero de orígenes inciertos. Se le atribuye al griego Hipócrates, pero al contrario de lo que se piensa no figura en ninguna de las versiones del juramento hipocrático, por lo que puede ser una versión o una paráfrasis del romano Galeno de alguna frase perdida de Hipócrates. En todo caso, se interpreta como que, ante todo, el deber de los médicos es no causar al paciente más sufrimientos de los que tenía antes de ser tratado.
  • Nosce te ipsum (“conócete a ti mismo”). Se trata de un aforismo de origen incierto, traducción al latín de la forma griega Gnothi seautón, del mismo significado, y que según el historiador y geógrafo griego Pausanias figuraba en la entrada del Oráculo de Delfos, al que peregrinaban los antiguos griegos en busca de consejo. La frase se le ha atribuido erróneamente a numerosos filósofos y sabios de la Antigüedad, y se interpreta hoy en día como una invitación a entender la manera en la que cada quien es, como un primer paso para relacionarse con el mundo y con los demás.
  • Deus ex machina (“el dios que desciende del artificio”). Se trata de la traducción latina de la frase griega apó mechanes theos, surgida en el contexto del antiguo teatro griego, en el que era común que una máquina o conjunto de poleas introdujera desde afuera del escenario a un actor que representaba a un Dios, y cuyo ingreso en la obra resolvía algún conflicto como por arte de magia. La expresión se conservó en el tiempo y se utiliza en el mundo de la crítica literaria y cinematográfica para nombrar aquellos artificios que resuelven la trama de la obra sin ceñirse a su lógica, y que son por lo tanto considerados tramposos y deslucidos.
  • Cogito ergo sum (“Pienso, por ende existo”). Se trata de una célebre frase del filósofo renacentista francés René Descartes, lema fundamental del Racionalismo, encontrada en su Discurso del método de 1637. La frase quiere decir que la principal evidencia de la propia existencia es la capacidad de pensar del ser humano, y por ende la existencia es indudable y sirve de base para el establecimiento de nuevas certezas sobre el mundo. La frase a menudo se traduce como “pienso, luego existo”, pero esta formulación se presta a la ambigüedad y a la interpretación errada de que el ser humano primero piensa y luego existe, lo cual es naturalmente imposible, pues no se puede pensar sin primero existir.

Sigue con: Mito de la caverna de Platón

Referencias

¿Cómo citar?

"Memento mori". Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/memento-mori/. Última edición: 6 de febrero de 2023. Consultado: 30 de abril de 2024

Sobre el autor

Última edición: 6 febrero, 2023

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