Te explicamos qué es la observación científica, por qué es tan importante y sus características. Además, su clasificación y ejemplos.
¿Qué es la observación científica?
Cuando hablamos de observación científica nos referimos al proceso de detallar un fenómeno cualquiera de la naturaleza con intención analítica y el propósito de recabar la mayor cantidad de información objetiva posible.
Se trata de uno de los pasos iniciales del llamado método científico, que consiste en una serie de pasos que garantizan la objetividad y la demostrabilidad de los estudios científicos.
La observación científica aspira a contemplar y entender la naturaleza en su estado más puro, es decir, sin intromisiones del hombre, tal y como lo intentaban los naturalistas del siglo XIX. Sin embargo, hoy se sabe que existe una paradoja al respecto, pues la presencia de un observador en numerosos casos modifica lo observado.
De todos modos, la observación científica enfrenta los fenómenos naturales tomando en cuenta la mayor cantidad de contexto posible, procurando un entendimiento exhaustivo de las condiciones que influyen en el fenómeno que, por lo general, será luego replicado en un laboratorio (experimentación) o ambiente controlado. A menudo la contemplación de lo que ocurre en experimentos concretos es considerada también un método de observación.
A menudo estos procesos de levantamiento de información se apoyan en herramientas como encuestas, instrumentos específicos (microscopios, estetoscopios, telescopios, etc.) o procesos paralelos (cuando no se puede observar directamente el fenómeno), dependiendo de la naturaleza del objeto observado y de la perspectiva científica en sí.
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Importancia de la observación científica
La observación científica ha arrojado la mayor cantidad de datos a lo largo de la historia de los que componen nuestra enciclopedia de mundo.
Esto quiere decir que observando la naturaleza y extrayendo conclusiones a partir de dichas observaciones, hemos podido deducir y luego comprobar experimentalmente muchas de las leyes que rigen el Universo.
Por ende, la observación es fundamental en la aproximación sistemática y ordenada que propone el método científico, para que los resultados sean lo más fiables posible.
Características de la observación científica
La observación científica requiere de una delimitación muy específica de lo observado, es decir, de que se entienda qué es exactamente lo que se va a observar de un fenómeno de la naturaleza. Esta acotación de los intereses es fundamental para elegir entre qué datos registrar y cuáles no.
Por otro lado, se ha de saber qué es exactamente (o qué se presume que sea) lo observado. De modo que la observación no se da en blanco, sino que los científicos poseen una hipótesis previa respecto a lo observado.
Del mismo modo, la observación establecerá categorías para lo observado e intentará explicarlo con los conocimientos previos adquiridos. La observación además se repetirá para verificar los resultados, que luego se intentará reproducir experimentalmente.
Tipos de observación científica
Existen dos tipos básicos de observación, que son:
- Directa. Aquella en la que se puede detallar el hecho o fenómeno que se persigue.
- Indirecta. Aquella en que el fenómeno perseguido no es observable, pero puede deducirse su presencia a partir de observaciones paralelas o de otros fenómenos. También aplica para las observaciones que se sustentan en datos previos recabados por otros científicos.
También puede clasificarse la observación según su lugar de realización, en:
- Observación de campo. Cuando el científico está en la naturaleza misma o sus instrumentos le permiten observar el fenómeno directamente en su lugar en ella.
- Observación de laboratorio. Cuando el fenómeno observado se da en el ambiente controlado del laboratorio, es decir, cuando es replicado experimentalmente.
Ejemplos de observación científica
Un perfecto ejemplo de la observación científica lo constituye el viaje del científico inglés Charles Darwin a las Islas Galápagos en Ecuador.
Darwin poseía ya teorías sobre el origen de las especies (que luego publicó en un libro del mismo título) y que había acumulado a lo largo de sus otros viajes y observaciones. De modo que su propósito era observar la biodiversidad desde una perspectiva hipotética específica.
Estando allí, Darwin observó la conducta y la anatomía de las especies locales, comparándolas con las especies halladas en tierra firme, y pudo notar cómo había semejanzas fundamentales entre ambas, a pesar de que no eran iguales en absoluto.
Esto le permitió deducir que al hallarse alejadas tanto tiempo, cada especie se había adaptado a un entorno distinto, dando así origen a una especie diferente.
Darwin empleó más que nada una libreta y lápiz para sus anotaciones, pero quienes lo han sucedido en el estudio de la biología cuentan con muchas más herramientas para comprobar a nivel genético y anatómico las brillantes observaciones hechas por Darwin.
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